Alguien tenía que romper el silencio… ¿por qué no los hombres y mujeres del camino, por qué no los senderistas?
Demasiado silencio… y la Federación de Montañismo de Andalucía nos ofreció la oportunidad.
Andaluces y Andaluzas:
Se cometió un genocidio hace 80 años en la carretera de Málaga a Almería.
Miles de personas, en su mayoría niños/as, mujeres y ancianos, fueron asesinados por los generales golpistas y sus aliados alemanes e italianos cuando buscaban refugio. Esos refugiados fueron perseguidos y bombardeados, de día y de noche, hasta la calle principal de Almería, leal a la Segunda República Española.
Silencio, mucho silencio…y el silencio nos hace cómplices.
Nosotros, humildes senderistas, paso a paso nos hemos puesto a seguir sus pasos, como si en nuestro homenaje a las víctimas también estuviera nuestra salvación. Este camino de Málaga, Granada y Almería, con las cunetas aún llenas de mujeres, niños y ancianos, pide justicia.
Nosotros y nosotras les ofrecemos nuestros pasos y rompemos el silencio de las olas y acompañamos a los pájaros de los caminos contando nuestras historias llenas de humanidad
¡Qué grande y desprendida es nuestra gente!, que acompañados de otros amigos de Alicante, Madrid, Francia, Latinoamérica, toma la voz de los difuntos y la dispara contra los genocidas y contra los gobernantes que guardan silencio, que no hacen lo que de ellos se esperan: Justicia, reparación y retirar los honores a los que cometieron crímenes contra la humanidad.
Después de 250 kilómetros, 80 años después, dentro de cuatro días entraremos en Almería. Esa entrada nuestra en Bayyana, mi amada ciudad, no es nuestra entrada; es la entrada de todos aquellos y aquellas que se quedaron en la N340.
Marcos González Sedano