En una galería del colegio, con las paredes decoradas con obras de diez artistas de todos los tiempos, Encina Villanueva ha tejido un relato sobre la historia por descubrir de las mujeres que se han dedicado al arte y que, a menudo, han sido y son desconocidas para la mayoría de las personas.
Durante un par de horas, un grupo de madres, alumnos y alumnas y profesoras, gracias al AMPA del colegio, hemos podido crear una genealogía de logros, ambiciones, sueños, obstáculos, vidas, en torno al arte. Mirando, preguntando, comparando, explicando, aventurando…qué fue de esas mujeres y por qué.
No ha habido grandilocuencia, a pesar de la sabiduría; no ha habido lugares comunes, a pesar de las lagunas; sólo interrogantes y admiración. Comentarios sinceros, nada de pedantería, muchas ganas de conocer, de compartir.
Niñas y niños han participado desde la frescura y la sinceridad, con atención y con respeto pues intuían que algo bonito estaba pasando.
También ha habido risas, como cuando hemos comparado la Judith de Artemisia, esforzada y manchada en el asesinato de Holofernes, con la de Caravaggio que le cortaba la cabeza como quien corta un pastel de bodas. Dos miradas sobre las mujeres.
Mujeres, mujeres, mujeres, ocultadas, ninguneadas, sospechadas, recluidas. También algunas triunfaron pero se habla menos de ellas. Aún hoy, siguen siendo minoría en el relato y en el mercado del arte.
Pero, cada vez se enciende más llamitas en cualquier lugar del mundo donde se reúne un grupo de personas a celebrar el 8 de marzo o el simple hecho de tener memoria.
Esto fue ayer nuestra velada, una vela encendida en nuestros corazones y en la historia de las mujeres.
Haces unos relatos que me conmueven mucho, Julia!