Rajoy fue a Versalles defendiendo la Europa Federal y salió apoyando la Europa de dos velocidades. No era uno de los grandes como nos quiso hacer creer. La realidad era, como parecía, que su invitación a la minicumbre solo tenía como objetivo que apoyara la opción que esos grandes ya habían decidido.
Pero seamos sinceros, es difícil oponerse a Francia y Alemania cuando los países del Este, con Polonia a la cabeza, tienen esa curiosa manera de entender la Unión que impide el paso a los refugiados o se revuelve contra la inmigración. Esos países aún no se han enterado de que hoy por hoy el destino común de Europa solo es posible si se resiste a propuestas neofascistas como las de Trump.
Las elecciones de Holanda nos adelantarán esta semana si de verdad queda alguna esperanza en los países del Oeste.