En el barrio de Los Austrias acudíamos a los cines Pavón, Odeón, Toledo, Castilla, Pleyel, Ideal, Postas… Este último siempre mostraba en esa época carteleras de las películas de Marisol.
Había largas colas el día de “Tómbola”.
Con solo diez años ya íbamos a ver películas sin acompañantes adultos.
Las de romanos eran entonces un género muy popular. Quizás debido al éxito de “Ben-Hur”
“El León de Esparta” se rodó de verdad en Grecia. La eterna y misma historia de “Trescientos” que con once años me entusiasmó. La conté plano a plano a todo compañero de colegio que quisiera escucharme.
El dibujante Frank Miller dijo “esta película me cambió el curso de mi vida creativa” En 2007 Su novela gráfica “300” fue llevada al cine con gran éxito.
“El Cid” de Charlton Heston y Sofía Loren, fue replicada también dos años más tarde en una producción española con capital americano que trataba de estirar el éxito de la de Samuel Bronston.
“El Valle de las Espadas” En la versión estadounidense “The Castillian”
El actor que representaba al caballero castellano era un conocido playboy venezolano de la época: Espartaco Santoni. Dos de sus hijas vivían con su madre en la calle Segovia y eran vecinas. Algunas veces compartimos con aquellas hermanas guateques de adolescentes.
En el cine Carretas, que según te decían era lugar de encuentro de viejos gais de la época, contemplamos la exuberancia de Raquel Welch en una película de dinosaurios:
“Hace un millón de años” Un refrito de otra de 1944 de la que se recrearon muchas de las escenas.
En el Reino Unido se anunciaba con el slogan “See Raquel Welch in Mankind´s frist bikini”
La Calle Embajadores era también parte del barrio. En ella abrían sus puertas los cines, Pavón y San Cayetano.
No he olvidado nunca la proyección en esta sala de “IPCRESS” Un thriller policiaco en el contexto de la guerra fría sobre una organización secreta. Contenía elementos que de alguna manera se encuentran posteriormente en los experimentos psiquiátricos para reeducar a Alex, en “La Naranja Mecánica” y en “The Gtost Writer” en cuanto a la infiltración del poder.
IPCRESS la protagonizó el incombustible y entonces muy joven, Michael Caine.
“Flecha Rota” la reprogramaron varias veces. La historia de Jerónimo el jefe Comanche. Siempre fui más de los “indios” que de los “americanos” como se llamaban entonces los cowboys.
Del “El Álamo” sorprendía que en una película de vaqueros se colara un ejército vestido de prusianos al mando de un general entorchado, llamado Santana, que obedecía a un Emperador. No cuadraba. Pero es que aún no conocíamos la historia de Mexico.
Junto al Mercado que hay en la calle Arenal, hoy muy valorado, estaba el cine del mismo nombre: San Miguel. El Gerente era Raúl García, hermano de Eduardo G. Maroto. El director de cine y supervisor de Producción de veinte películas americanas rodadas en España, sobre el que en 2006 estrenamos el documental “Memorias de un peliculero”
Nunca abusé, pero era natural que preguntando en la puerta por mi tío el gerente, cualquier día de diario, me dejaran pasar sin comprar entrada. Allí vi “Flipper” la historia de un delfín que modificó la percepción del ecosistema marino y los delfines en todo el mundo.
Bajando por la calle Escalinata, donde íbamos a jugar dejándonos deslizar por una empinada rampa que conectaba con la Plaza de la Opera, se llegaba al Real Cinema.
Era de pantalla panorámica. En la taquilla, trabajaba la vecina de enfrente de mi casa esquina a la Plaza Mayor. A veces nos invitaba. No era frecuente porque entonces los cines se llenaban y no quedaban butacas vacías.
Pero una mañana de domingo asistimos con invitación al pase previo de una entonces espectacular película de superproducción y aventuras (coproducción española) que recreaba la explosión y desaparición de la isla del volcán Krakatoa, “Al Este de Java”
Rodada en espectacular Cinerama Super Panavision 70 m/m.
El hijo de aquella señora, taquillera del Real Cinema, era pluriempleado como casi todo el mundo en la España de los años sesenta. Y jercía por la tarde noche, de encargado en otro cine: El Cinema España. Propiedad junto al de Ópera del mismo Empresario. Lo visitábamos muy pocas veces porque Marqués de Vadillo quedaba lejos de nuestro barrio.
Javier, me está encantando tu serie. Mis cines son iguales y mis películas casi las mismas aunque en otro barrio: Salamanca y aledaños. ¡Qué evocación tan estupenda de nuestra infancia y juventud! Fascinación era aquello y vida. Así hemos dado en ser soñadores malgré tout.
Cuestión de común generación, Julia.
Somos la última que vivimos la infancia y adolescencia libremente en la calle y con una diversión principal: ir al cine.
Barato, doble y de sesión continua.
Gracias.
Cuestión de común generación. Julia. Somos la última que vivimos la infancia y adolescencia libremente en la calle y con una diversión principal: ir al cine.
Barato, doble y de sesión continua.
Gracias.