DE LA ÉTICA Y LA ESTÉTICA

23 de febrero, acabo de ver el Telediario. Esta España es un escándalo.

Alto y claro:

15 mujeres asesinadas en mes y medio. Urdangarín de rositas a Suiza. Los de las black riéndose. Rato y Blesa con condenas que no cumplirán.

El máximo jeta de esas tarjetas, con 500.000 euros sacados en efectivo, es Santín y socialista. Y tampoco le condenan a cárcel.

Los llamados empresarios, antaño modélicos para unos y otros, que ingresaban en sus restaurantes lo que robaban a los “bancarios” de Bankia, según rezaba la publicidad de las preferentes, son cuñaos: Arturo Fernandez y Diaz Ferran, que por gilipollas mayor del reino, es el único que no sale de Soto del Real.

El Fiscal jefe anticorrupción de Murcia asaltado en su casa y destituido del cargo en el que le sustituye otro recadero del ministro.

Desde la pantalla, la voz de su amo, como en los tiempos del régimen, dice, mirando al tendido, que si el Fiscal de Murcia ha sufrido amenazas que lo denuncie en la comisaría.

¿Dónde? ¿En ese espacio en el que las mujeres amenazadas por sus violentas parejas a veces se ríen de ellas?

Es de la Cosa Nostra lo que el exjefe de los fiscales de Murcia ha dicho por televisión hoy: “Esto es la mafia de los años veinte, los fiscales anticorrupción recibimos presiones y amenazas”

La insoportable realidad de este telediario no tiene más que desperdicio. El pederasta de Ciudad Lineal condenado a 70 años desafiante entrega sus muñecas a las esposas del guardia que le guarda. Es, por fin, el único condenado de hoy en este país de delincuentes ricos. Dónde vas a la cárcel por ser titiritero pero no por llevarte millones.

O por ser cantante de Rap, pero no por cantar que pagabas al PP la comisión del concurso de Fomento.

Un desleal del Congreso argumenta una vez más con media sonrisa que de seguir así no podríamos continuar. ¿Quién le cree?

El diputado Cantó, con la cara y el partido como el apellido, se escandaliza del asunto del presidente murciano. Ese presidente que amenazaba al exfiscal anticorrupción riéndose, según denuncia en la tele un periodista de verdad de la Verdad de Murcia.

El portavoz de Podemos, que sale a continuación en el mismo Parlamento, evidencia que así no. Y el Presidente, presidente, muy español, dice que respeta la justicia, mientras abre los ojos en la mueca habitual que lo delata.

¡Vaya telediario!

¿Para qué sirven las Instituciones?

El juez Castro se la tiene que tragar a continuación mientras dignamente se reafirma en los cargos de la infanta. La misma que hoy sonríe dando plano al cámara cuando abre su puerta de Ginebra.

La puerta por la que en la madrugada salió, con él mismo cámara esperándole, para que lo viera toda España, el Iñaki cogiendo el autobús, como cualquier hijo de… vecino.

En tanto el Duque empalmado llegaba a Palma, su cuñada impasible en Arco se pasa por el arco que los artistas que allí exponen la obra, con la que otros se forran, declaren en TV, que ninguno de ellos haciendo arte, llega al mínimo interprofesional.

Pero la Feria continúa costando una millonada y aquí no pasa nada.

El monarca desde las alturas contempla el panorama y el telediario acaba con la noticia de Carme Forcadell, filóloga y Presidenta del Parlament de Catalunya, que la vuelven a meter otra querella más.

Se la ve acojonada, pero tiene en el fondo de los ojos la esperanza, de que la República posible es la suya.

Sorprendido, lo digo con la confianza que da la amistad de toda la vida, por los magníficos, estéticos y eruditos disertos en l@s referentes imprescindibles.

“A la ética desde la estética”

¡Y yo a lo que veo!

Hoy 36 años del 23F

Un telediario de escándalo.

Javier.

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