Aprovechando el tirón de ARCO y el pulular por Madrid de potenciales ojeadores y compradores (sobre todo internacionales, parece que muchos latinoamericanos), en estos días de febrero tenemos en Madrid un atracón de arte vanguardista, ciberpunk, contemporáneo, feminista, NFT-ista, multimedia, performances, etc., etc. Realmente, parece que hay un intento madrileño de eclipsar a cualquier antagonista (aunque sea Vermeer) en esta abrumadora pre-primaveral semana artística que ya está cuajando como cita fija.
Contamos con ARCO, SAM Salón de arte moderno , ART MADRID 2023 , HYBRID ARt Fair , UVNT Art Fair, STANDARTE, JustMad , el fin de la ciudad, …
Para aportar mi granito de arena, me he animado a escribir –con ayuda de un amigo– sobre el tema de arte ciberpunk (por elegir algo) y la blockchain; una relación entre la tecnología y el arte.
El ciberpunk como movimiento surgió en los 80 y se caracteriza por su crítica al sistema capitalista, la tecnología y la globalización. Su estética se basa en el uso de elementos futuristas, tecnológicos y distópicos, casi siempre relacionados con la rebeldía y la subversión.
La tecnología blockchain se utiliza principalmente para crear registros seguros y descentralizados de transacciones financieras. Sin embargo, también se usa en otros ámbitos, como el arte o la edición de libros. Esta tecnología puede utilizarse para garantizar la autenticidad y la propiedad de las obras de arte, así como para permitir la venta de obras de arte de manera segura y transparente.
El arte ciberpunk se combina con la tecnología blockchain para crear obras que cuestionan la autoridad y el control de los sistemas centralizados. Al utilizar blockchain los autores pueden desafiar a los sistemas de galerías y museos tradicionales y dar lugar a un nuevo modelo de propiedad y distribución de arte.
Un ejemplo algo rarito sería el proyecto CryptoKitties , una colección de gatos virtuales que se venden y se intercambian utilizando la tecnología blockchain. Otra iniciativa de más alcance es el proyecto “CryptoArt“, donde se utiliza blockchain para hacer posible que los artistas vendan sus obras de arte digitales únicas y auténticas directamente a los compradores, sin intermediarios. La plataforma utiliza contratos inteligentes en la blockchain Ethereum para garantizar la propiedad y autenticidad de las obras de arte.
Los artistas que participan en CryptoArt pueden crear y vender obras de arte digitales únicas, conocidas como “tokens no fungibles” (NFT, por sus siglas en inglés). Cada NFT representa una obra de arte única y tiene un código de identificación único en la blockchain, lo que garantiza su autenticidad y propiedad. Se puede comprar y vender estos NFTs en mercados en línea especializados, como SuperRare, KnownOrigin o Nifty Gateway.
El uso de blockchain en CryptoArt permite que los autores controlen mediante “contratos inteligentes” sus obras de arte digitales, y pueden recibir pagos de manera segura y transparente sin tener que depender de intermediarios como galerías de arte y casas de subastas.
Algunos artistas notables han participado en el proyecto CryptoArt, como el músico Trevor Jones, la artista zen Krista Kim o el millonario Mad Dog Jones. Sin embargo, el proyecto ha sido objeto de críticas por el elevado consumo energético de la blockchain Ethereum y por la posibilidad de que se inflen los precios de las obras de arte digitales.
Así que no es de extrañar que el autor vivo más caro del mundo, el inefable Jeff Koons, también haya entrado fuerte en este mercado tecnológico y especulador que ya tiene poco de ciberpunk.
¿Dónde vamos a parar?