Hola Julita, tras algunos meses de silencio en los que he estado viajando por trabajo, regreso a Madrid justo a tiempo para asistir a la publicación de la novela que nuestra común amiga Isabel Alonso escribió finalmente sobre aquel verano en Asturias que recordabas, playa incluida, en tu publicación del 14 de abril del año pasado.
El caso es que antes de hacerlo, me ha pedido autorización. Y no es extraño porque ha elegido la primera persona para narrar aquella historia que le conté y es fácil de entender lo complicado que resulta para mí asumir toda la subjetividad que encierra.
Pero le he dicho que sí, que de acuerdo, que yo me lo he buscado haciendo confidencias a una escritora. Sé bien que es una temeridad, casi de igual calibre que si se las haces a una periodista (jaja!). Pero al final no me importa porque estoy segura de que los lectores entenderán que la realidad siempre forma parte de una gran ficción, al igual que la ficción está hecha de muchas realidades.
En todo caso, espero y deseo que sirva para pasar un rato entretenido a los amantes del género negro entre los que me cuento, además de para reflexionar sobre cosas que nos atañen siempre como es la culpa, la lealtad, el amor, el sexo y, en este caso, también el feminismo; una perspectiva que tuve que asumir en aquel entonces por razones obvias y que hoy, con el auge del movimiento, ofrece nueva luz para abordar lo personal.
Ya te avisaré de la fecha y lugar de la presentación de la novela en Madrid; espero verte allí.
Ah!, el título es: El secreto de las bragas de encaje, las de rayas y el tanga rojo.
Me hace gracia porque resulta que está perfectamente puesto. (Jaja!)