LOS CINES DE BARRIO SE VACÍAN

ajedrezado

El Monumental era una sala gigantesca. Al igual que el Odeón.
Dos cines a los que, ya adolescentes creciditos, era mejor ir en pareja. Con un aforo tan enorme no era raro quedarse absolutamente solos en el gallinero, o incluso en un Palco completo. Tenían tres pisos de anfiteatros y a diario, en el final de los sesenta, lo frecuentaban ya poquísimos espectadores.
Me llamaba mucho la atención que este cine se comunicaba directamente desde un hall del sótano, con la estación de metro de Antón Martín.
Más tarde se convirtió en Sala de conciertos.
Nunca olvido “Los Conciertos de Rock y Amor” de Miguel Ríos y sobre todo “La Premiata Fornería Marconi” el descubrimiento del Rock Sinfónico italiano.
En cine Falla cerca de Tirso de Molina pusieron “La noche de los Muertos vivientes” Llegaban los setenta. Los cines de barrio se quedaban vacíos. Solo El Ideal, sobreviviría transformándose en Sala de Culto del cine de terror.
Las tardes de película en la oscuridad de los cines de barrio se habían acabado.
Mi afición se trasladó al cine musical-pop.
Inicialmente en las matinales en directo del Cine San Pol, en el barrio de San Pol de Mar junto al Manzanares.
Aunque en EEUU ya se había estrenado “Easy Rider” aquí no nos habíamos enterado. Pero sin embargo hacía tiempo que la canción de su banda sonora se había convertido en un himno que intentábamos interpretar en un garaje. “Born to be Wild” Nacida para ser salvaje.
Steppenwolf. La banda que debía su nombre a la novela de Herman Hesse.
Con la pasión por la música que entonces se llamaba underground o progresiva, nos convertimos en frecuentes espectadores, en el cine California, de los ciclos de cine musical que en él se programaban: “Monterrey Pop” el documental del festival que congregó en la frontera a miles de jóvenes.
“Woodstock” …En ambos, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, The Who, Canned Heat, Jefferson Airplane y otros de la psicodelia hyppie.
Los dibujos pop animados de “Yellow Submarine” El concierto en directo de “The Rollin Stones” La surrealista “Magical Mystery Tour” y finalmente “Let it be” que nos mostró las desavenencias de los Beatles y el concierto de la terraza cuando ya estaban realmente disueltos.
Una programación musical que contó siempre con las decoraciones psicodélicas en el hall del Cine, de Ivan Zulueta, ayudado en el arte por Miguel Castañeda.
Entonces no sabíamos que ese cine lo explotaba y dirigía Luís Mamerto López Tapia. Posteriormente viejo e inolvidable amigo. Y tampoco que Miguel, algunos años más tarde, sería el director de foto habitual de la Productora.
En ese mismo cine California asistíamos poco después a las proyecciones de ciclos comprometidos o películas prohibidas. “Nazarín” “Los golfos”… En una de esas sesiones hicieron una redada y se llevaron a todas las personas asistentes detenidas. Entre ellas a Carmen Maura.
Finalmente el Cine California se transformó en la primera Sala estable de la Filmoteca Española por acuerdo de López Tapia con el Director de la Filmoteca, Florentino Soria.
Simultáneamente se iniciaba, empujado por un amigo para siempre, el descubrimiento de otro cine: La Nouvelle vague, Godard, los directores italianos, el cine social y político…
…Pero esa es ya otra historia.

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