Me hubiera encantado hablar de cine con Concha Méndez Cuesta

Como al protagonista de “Midnight Paris”, a mí también me gustaría sumergirme de vez en cuando el los años veinte, pero no para charlar deslumbrada con los santones del Arte y las Letras, que con ellos ya hemos tenido bastante diálogo, sino para conocer a una pléyade de mujeres que en esos años se comieron a bocados, a pesar de la presión social, cultural y familiar, todo cuanto la vida tenía que ofrecerles.

“El arte cinematográfico es, ante todo, una síntesis, una estilización de todas las artes anteriores en conjunto. Todas ellas entran como componentes, en mayor o menor escala. La misma Música, como la Poesía, juega un papel importante en todo film.” (Concha Méndez, 1928)

Concha Méndez Cuesta es sin duda una de las mujeres que me hubiera gustado conocer. No sólo fue poeta, dramaturga y editora de vanguardia, sino que ella misma fue vanguardia, con su actitud ante la vida y su compromiso consigo misma para hacer todo aquello que la llevara por un camino de libertad personal. Fue deportista, paseo sin sombrero y a la moda por la Castellana con Maruja Mallo de quién fue modelo y colaboradora, condujo un coche, viajó cuanto quiso y sobre todo, se reivindicó como una voz singular y autónoma.

Como toda la generación del 27 quedó fascinada por el cine y entendió que el lenguaje cinematográfico era una expresión vanguardista por lo que se dedicó a estudiarlo e incluso escribió en 1927 un guión: “ Historias de un taxi”, para una película que no llegó a realizarse.

Dice Concha en una entrevista en 1927:

“La primavera última se me filmó un argumento cinematográfico. El cinematógrafo despierta en mí la mayor inquietud. Quiero ser, a más de argumentista, director, cineasta. Y digo “quiero ser”, porque aún no llegué a dirigir ningún film; no por falta de deseo, ni de preparación para ello, sino por falta de capital. Esto aquí, en España, es un problema. Y más tratándose de poner un capital en manos de mujer. Estamos en un país donde, desgraciadamente, a la mujer no se la considera en lo que pueda valer. Aunque yo, a pesar de todo, confío en lograr mis propósitos.”

No pudo ser. Sus propósitos se cumplieron en su labor como escritora y editora pero no como cineasta. Me pregunto muchas veces si una mujer tan moderna y luchadora hubiera encontrado a alguien que le confiara su capital, estaríamos ante alguien tan justamente recordado como quien fue su novio por un periodo, un tal Luis Buñuel, como ella vanguardista, pero mucho más tradicional en sus pensamientos y comportamientos. Nunca lo sabremos pero nadie nos impide soñar.

Para terminar un poema de Concha donde refleja sus anhelos de ser libre. Como memoria de una Moderna con la que me gustaría hablar de cine.

Que me pongan en la frente

una condecoración.

Y me nombren capitana

de una nave sin timón

Por los mares quiero ir

corriendo entre Sur y Norte,

que quiero vivir, vivir

sin leyes ni pasaporte.

Perdida por los azules,

navegar y navegar.

Si he nacido tierra adentro,

me muero por ver el mar.

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