Poesías de un encierro. La noción del tiempo (5/4/2020)

Segundos,
avanzan implacables y a la vez suaves,
blandos, apenas perceptibles,
como finos copos de nieve cayendo sobre la nevada de ayer.
Mudos,
corren seguros, constantes, ignorantes,
goteando desde el límite
del extremo de la aguja más fina que gira sin saber.

Minutos,
madeja de fronteras emborronadas,
hilo perdido, aguja en un pajar.
Revoltijo de hebras de distintos colores con nudos corredizos.
Bultos
de formas imprecisas y sombras alargadas
que en algún momento dejaron de marcar
sin anuncios, sin llamadas ni avisos, nuestro frenético ritmo.

Horas,
las que tanto nos faltaron,
contadas de media en media, contrarreloj.
Joyas escasas y escondidas como tesoros piratas en lejanas islas.
Locas,
sin darnos cuenta pasaron
dejando en el aire el aroma de sinrazón
de una carrera sin meta adornada con guirnaldas de mucha prisa.

Días,
fue sábado el lunes, y el viernes fue mañana,
ayer te dije que sería hoy.
Se suceden con cadencia repetida y violencia de tornado.
Mira,
un collar de cuentas negras perfectamente enfiladas:
fuiste, seremos, eran, soy.
Temblorosos, confundidos, miramos desde el borde del acantilado.

Semanas,
mejor perdamos la cuenta, olvidemos sumar.
Cuesta trabajo entender
que hace nada estas palabras lo medían todo.
Ventanas
a un mundo de coordenadas dispuesto a estallar,
lejos, fuera del papel.
Cartucho de dinamita al mismo nodo.
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Dime que luego haremos algo con los trozos.

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