Dime que sabías
que lo importante siempre está cerca,
que más allá de esta puerta,
se extendía un mundo duro.
Dime que ignorabas
que a la vuelta de la esquina
esperaban escondidas
nubes negras de futuro.
Dime que intuías
que no podría durar siempre
la felicidad inconsciente
de quien cree todo seguro.
Dime que olvidabas
que dentro de tu burbuja
de colores se dibujan
los contornos más oscuros.
Dime que entendías
que las pompas estallaban
y el suelo se derrumbaba
bajo nuestros pies desnudos.
Dime también que negabas
que el agua nos arrastraba.
(Vamos) aferrados a una tabla
navegando por el mundo.
Dime que percibes
la inquietud en las miradas,
el miedo abierto al mañana
los temores más profundos.
Dime que comprendes
que se abre la esperanza
de que caiga la balanza
hacia al lado de los justos.
Dime que conoces
las estrellas, las corrientes
las islas y las rompientes
y que tienes claro el rumbo
… y cógeme de la mano.