Esta vez voy a escribir sobre un borrador de artículo que no conseguí conducir a buen puerto hace unas semanas y que ahora, puesto que el problema se empeña en no desvanecerse, pretendo simplificar.
El artículo se titulaba Tiranosaurios contra velocirraptores y establecía en él un paralelismo entre una escena de la película Parque Jurásico y la amenaza de guerra en Ucrania. Paralelismo que trataba de extender a algunas semejanzas con la Segunda Guerra Mundial y las fuerzas que entonces se pusieron en juego.
Pero acabé por liarlo todo porque en realidad no tenía un relato claro. Y es que creo que más que un artículo, aquel borrador era una queja, la queja de quien echa de menos un análisis de la situación estratégica mundial desde el punto de vista de la izquierda.
De quien desea escuchar un análisis que tenga en cuenta a las clases populares de uno y otro bando, en lugar de contarnos la típica historia que precede a cualquier contienda sobre alianzas y antagonismos entre poderosos que se disponen a utilizar a jóvenes soldados o poblaciones dispuestas a resistir como carne de cañón. Y todo para escamotear a la población intereses tan claros como, por ejemplo, los de ampliar los mercados de la guerra a las industrias armamentísticas que en Occidente están acusando el agotamiento del negocio del “eje del mal”.
Y es que tengo la sensación que el pacifismo que enarbola la izquierda como consigna, como única consigna, no es más que una cortina de humo para no comprometerse con una reflexión profunda, al modo marxista si se quiere, de las fuerzas puestas en juego en este conflicto.
Una cortina de humo para que los héroes de Parque Jurásico se pongan a salvo en una situación crítica confiando en que el amenazante Rex sea reducido por los agresivos velocirraptores que, a su vez, quedarán diezmados.
Pero la izquierda es en ese sentido bastante cicatera ya que mientras ella puede esperar el mejor momento para escabullirse ( o no), la UE no puede hacerlo.
Y no es un problema menor que los partidos de izquierdas no tengan respuestas que dar a una parte importante de la ciudadanía europea que desde hace mucho tiempo necesita un análisis global de lo que ocurre en el mundo. Como tal vez eche de menos, al menos yo lo hago, un compromiso internacionalista.
Y no hablo de ninguna Internacional Comunista sino simplemente de una visión que tenga en cuenta a la gente sometida en Rusia a la dictadura de Putin o en China al régimen de Xi Jinping, así como a las clases populares de Occidente que nada tienen que ganar en una contienda cuya magnitud está por determinar.
Pero esa perspectiva parece haber desaparecido de la izquierda, demasiado atareada en nadar y guardar la ropa. Es como si confiara en sacar algún provecho mientras EEUU por un lado y chinos y rusos por otro, se devoran entre sí.
Y me preocupa esa falta de valentía (o de visión) que ojalá no tengamos que lamentar si esto se complica más de la cuenta y no disponemos de argumentos ni estrategias ni ideas para enfrentarnos a lo que venga.
Mientras te leo aparecen imágenes en mi cabeza, por lo que escribo desde la abstracción en la imposibilidad de enlazar tantísimas cosas… y desde ahí veo la cripto cortina de humo del metaverso que enciende la última ilusión desesperada de vender tus sueños por un Bitcoin.