(La verdulera)
Nec spe, nec metu: “sin miedo ni esperanza”. Ese era el lema de los gladiadores romanos cuando salían al circo. Ahora el lema de los madrileños parece todo lo contrario. Y esta tarde por el Retiro lo he sentido cerca. Andamos con mucho miedo, pero llenos de esperanza. Cerré la tienda a las seis y me fui a la Feria del Libro. Soy una verdulera ilustrada radical.
Si alguien quiere recuperar las esperanzas perdidas que se de prisa y se sumerja entre las riadas de gente que hace cola para que les firmen sus autores favoritos, que pregunta a los vendedores por las novedades de su escritora preferida, que husmea entre tantas casetas, editoriales, colecciones y libros de todos los géneros. En el paseo de la Feria del Libro de Madrid he recuperado la fe en la especie. Entre tanta persona que representan lo más noble y mejor del género humano he visto jóvenes lectores y sobre todo mujeres. Muchas mujeres, aventajadas, elegantes, intelectuales, lectoras, que representan la esperanza de un Madrid mejor, un futuro mejor. Más ilustre, más generoso, más honrado y más justo.