Pensamiento fugaz.
Resulta que los hombres tienen a menudo y de forma masiva comportamientos poco o nada valerosos mientras que, históricamente, se les ha atribuido la valentía como atributo intrínseco para diferenciarlos de las mujeres.
Ejemplo: ir a la guerra. Supuesta valentía que en realidad pone de manifiesto la falta de arrojo para enfrentarse a los machos alfa de su universo. Esa falta de valor se manifiesta también en su facilidad para someterse a un líder y adoptar las opiniones dominantes.
Pero sí, esa sumisión nada tiene que ver con los cromosomas X o Y y se consigue con la combinación adecuada de represión y alienación.
Igual para hombres y mujeres.