Un libro para quienes dicen basta. Por Charo Nogueira

 

Charo Nogueira

Una llamada de teléfono va a desembocar en decenas de horas de charla. Una mujer mayor quiere dejar constancia de su historia, una historia que, en gran medida, determina la de todas nosotras. Ella es Ana María Pérez del Campo, feminista pionera y estandarte de la lucha contra la violencia de género. “Quiero contarte cómo fue, hacer mi testamento, porque la gente se está olvidando”, dice a la periodista que firma estas líneas. Así nace La mujer que dijo basta (editorial libros.com).

Pérez del Campo tiene ya los ochenta cumplidos cuando decide hacer balance de su vida, modelada por sus luchas, por las luchas feministas en las que aún sigue inmersa. Una trayectoria de chica bien de la madrileña calle de Serrano que se convertirá en señora mal cuando rompa moldes, todavía en pleno franquismo.

Durante muchos meses, cara a cara en el despacho de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, la periodista escucha y pregunta. Luego, documenta. Relatar la historia de todas con el hilo conductor de la biografía de una de nosotras: ese será el objetivo.

En largas conversaciones, reconstruyen juntas las décadas que van de la mujer-esposa-madre obligada a obedecer al marido hasta los tiempos actuales en los que, según la activista, “la igualdad tiene mucho de maquillaje”. Pérez del Campo se indigna aún. Sobre todo, cuando habla de los vientres de alquiler o de la “custodia repartida”.

La mujer que dijo basta es una obra contra el olvido y para la genealogía del feminismo.  Un compromiso personal para contribuir a iluminar ese agujero negro que es la historia de las españolas. Desde las que tuvieron que cumplir el servicio social y se casaron sin derecho a divorciarse, hasta las que han encontrado un rayo de luz en la primera década de este siglo con las leyes contra la violencia de género, del matrimonio entre personas del mismo sexo, de igualdad… Sin olvidar los intentos de paso atrás.

Hay que saber, hay que reconocer y agradecer a las que nos precedieron: hemos llegado hasta aquí gracias a ellas, no lo olvidemos. Hay que saber, también, cómo se vieron forzadas a vivir nuestras abuelas, cómo cambiaron sus hijas, cómo intentaron ambas que las nietas, las jóvenes de ahora, tengan una vida mejor que ellas. Saber nos ayuda a entendernos. Saber de dónde venimos ayuda a fijar adónde queremos llegar y, sobre todo, adónde no debemos volver.

Portada del libro de Charo Nogueira

 

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