(El fotógrafo)
Querido diario: ¿otra foto de puesta de sol? ¿Por qué tenemos cientos de ellas y no nos cansamos? Yo creo que a todos nos sucede lo mismo: no nos podemos abstener de recoger esos colores, esa exhibición lujuriosa de matices de los millones de escenarios distintos… o de intentarlo. Incluso aunque no seas fotógrafo (o peor, si lo eres) se te va la mano, y … una puesta de sol más.
¿Y qué pasa con los amaneceres? ¿No participan igualmente de la grandiosidad y de la policromía? ¿Por qué tengo más de trecientas puestas de sol y apenas una docena de amaneceres?
Mmmm… esa es una pregunta más fácil de contestar: a la hora del ocaso estamos allí, paseando, propensos a la poesía (aunque sea mil veces repetida) del momento. Pero la aurora me temo que nos pilla en otra situación más horizontal y menos proclive a dar rienda suelta a la sensibilidad.
En fin…
Sera porque estar durmiendo al amanecer???